martes, 8 de enero de 2008

Elecciones USA (II) Cómo nos afectan.

Era inevitable. Antes o después tendría que acabar cayendo. Todos lo sabíais y esperabáis que ocurriera. Unas elecciones a Presidente de los Estados Unidos de América eran demasiada tentación para mí. Los que me conocen saben que si peco de algo es de sincero. Así que os lo advierto: voy a dar el coñazo de forma obsesiva con ello.
Sin embargo, también es cierto que estas elecciones, realmente, son muy importantes y que nos afectan mucho. Y el primer motivo por el que nos afectan es la economía. Voy a intentar explicarlo sucintamente. Si cometo alguna imprecisión terminológica espero que haya algún economista caritativo que me corrija.
En toda sucesión de razonamientos, me gusta empezar por el final. En lo que nos ocupa: la Guerra de Irak la estás pagando tú con el recibo de tu hipoteca. A simple vista parece un poco raro. Pero esa es la consecuencia en términos económicos de la globalización.
Las decisiones que tome el próximo gobierno de los Estados Unidos (en adelante USA), en relación con la Guerra de Irak serán decisivas para el rumbo de la economía mundial. Después del 11-S los Bancos Centrales de todo el mundo y, en particular, la Reserva Federal de Estados Unidos (en adelante FED) y el Banco Central Europeo (BCE) procedieron a una bajada generalizada de tipos de interés e inyectaron grandes cantidades de dinero en el sistema. El objetivo de esta medida era estimular la inversión para evitar que el pánico a un conflicto provocase una crisis económica mundial (que, dicho sea de paso, creo que es lo que realmente buscaba Bin Laden).
La alegría crediticia de esos años probablemente fue excesiva y favoreció la especulación inmobiliaria en muchos sitios y particularmente en USA y otros países propicios a ello como el nuestro. Con el tipo de interés por los suelos y la Bolsa inestable era el valor refugio más lógico. La mejor variable, para darse cuenta de cuándo el dinero busca un puerto seguro más que el beneficio, es el precio del oro. Este año está batiendo records.
En el año 2002 el precio del petróleo empezó a inquietarse. Parecía dar síntomas de subida por el incremento sostenido de la demanda de India y China. Por otro lado, faltaba una gran parte del pastel de la producción mundial de crudo: la que podía aportar Irak. Con Saddam Hussein en el poder, los USA no podían permitirse levantar el embargo y darle con ello aire al dictador. Sin embargo, era más necesario que nunca que el petróleo iraquí fluyese libremente para mantener los precios.
Entonces, a ese genio de la geopolítica que es George W. Bush y su equipo se les ocurrió una idea genial. Invadir Irak, poner un gobierno títere y de esta forma poder poner el petróleo iraquí en el mercado sin financiar a ningún dictador odioso y, de paso, darle los beneficios a sus amigos de las compañías tejanas. Además eso les permitiría a los USA tener cogidos a todos los gobiernos árabes petrolíferos por salva sea la parte. Tanto Arabia Saudí como la mayoría de estos países viven (o vivían, con estos precios les va mucho mejor) al día. El dinero que entra por el petróleo sale para financiar la deuda externa (como cualquiera de nosotros con nuestra hipoteca). De esta forma, poniendo un gobierno títere en Irak, los USA podrían presionarlos con un aumento de la producción de petróleo, la bajada de los precios y la asfixia económica de dichos países árabes. Esa idea era tan tosca como estúpida. Ahí está el resultado.
Esto ha tenido dos consecuencias económicas que nos están afectando. La primera empezó casi desde que el primer marine plantó su bota en territorio iraquí. La Guerra de Irak está costando mucho. Y más que va a costar, salvo que salgan corriendo de allí. Para financiar esa costosa guerra el Gobierno de los Estados Unidos ha tenido que endeudarse mucho más que antes. Para poder financiar esa abundante deuda, la FED tuvo que empezar a subir los tipos de interés. Al principio, la zona Euro resistió el embate. Con el tiempo, la continua subida del interés en los USA provocó el pinchazo de la brubuja inmobiliaria llamada allí de las hipotecas subprime (hipotecas de alto riesgo). Eso ha provocado gran miedo en las entidades financieras de todo el mundo que han decidido dejar de dar préstamos (activo) para pasar a intentar captar dinero y ahorro (pasivo).
La segunda consecuencia es que Irak apenas produce petróleo. Los terroristas de todos los pelajes que hay allí saben que no pueden permitirlo. Y la demanda sigue creciendo. El efecto acumulado sin muchos años de la aportación de Irak que antes era pequeña por el embargo y ahora es mínima, provoca que el alza de la demanda tenga una influencia en el precio que aumenta exponencialmente. La mayor parte de los países europeos somos muy dependientes del petróleo, en mayor medida, incluso, que los mismos USA. Eso provoca que una subida del petróleo signifique una subida general de precios. En España, en concreto, ese efecto es más claro porque con petróleo producimos la amplia mayor parte de nuestra energía eléctrica y porque el transporte de mercancías se hace abrumadoramente por carretera. Eso obliga al BCE a subir también el tipo de interés. Es una regla básica que el tipo de interés tiene que estar por encima de la tasa de inflación (IPC). De lo contrario, el dinero perdería valor de un día a otro, enviando a los consumidores el preocupante mensaje de: "gasta tu dinero hoy, porque mañana valdrá menos". Premiaría el consumo frente al ahorro. Con todo lo criticable que sean las medidas exclusivamente monetarias, la situación es ésta.
Por tanto, un gobierno de los USA que busque una salida pronta de Irak, ayudará, al menos, a dar una solución, aunque no sea inmediata, al problema de la deuda pública. En segundo término, a medio plazo, puede que dé lugar a que el precio del petróleo se relaje. Irak acabará sumida en una guerra civil seguida de una dictadura brutal, casi seguro. Pero lo que es común a cualquiera de los bandos que pueda prevalecer es que querrá producir más petróleo para poder reconstruir su país.