miércoles, 22 de octubre de 2008

Gilles de Rais

De todas las anécdotas históricas o pequeñas historias que me ha contado mi amigo Antonio Pastor, una de las más curiosas es la de Gilles de Rais, Barbazul.
Lo original de su versión es que él piensa que fue en este personaje en quien se basó en realidad, Bram Stoker, para su personaje Drácula, situándolo más tarde en Transilvania y mezclándolo con el terrible príncipe Vlad III Draculea.
Gilles de Rais era un importante aristócrata en Francia a principios del XV. Par y primo del Delfín Carlos (futuro rey Carlos VII). Además ostentaba el título de Mariscal de Francia, que equivalía como a Jefe del Estado Mayor del Ejército, en plena fase final, y en gran parte decisiva, de la Guerra de los Cien Años que enfrentó a los Valois (reyes de Francia) y a los Anjou-Plantagenet (reyes de Inglaterra). Dicha guerra significaría la unidad del territorio aproximado que actualmente ocupa Francia, bajo los Borbones (herederos de los Valois) y el embrión de una conciencia nacional en dicho país.
El papel más relevante de Gilles de Rais fue durante la campaña de Juana de Arco. Designado como uno de los lugartenientes de la Doncella de Lorena, junto a La Hire, fue el encargado de canalizar el ímpetu de la joven en una estrategia coherente, contribuyendo a sus victorias. Habiéndose enamorado de Juana, cuándo esta es capturada por los ingleses intenta reclutar un ejército para asaltar Rouen y rescatarla. El Rey le niega el apoyo. Carlos VII estaba un poco harto de la belicosidad de Juana y sus seguidores y quería cerrar un trato con los ingleses aprovechando su ventajosa situación. De Rais se arranca la Fleur de Lis que adorna su pecho como Mariscal y la lanza a la cara de Carlos.
Entonces Gilles de Rais se dió a toda clase de desmanes. Se puso en manos de nigromantes y adivinos. Organizó una especie de red para secuestrar gentes entre sus siervos, niñas y niños sobre todo, de mano de complices de lo más siniestro y ruin. Celebraba con ellos orgías infames en las que mezclaba el sadismo más extremo, el asesinato y la sed de sangre, con todo tipo de depravaciones sexuales.
Finalmente, la jerarquía eclesiástica y los nobles, alarmados porque De Rais provocará una revuelta con sus desafueros, pidieron al Rey que interviniera. Carlos VII estaba esperando la oportunidad de hacerlo, para, de paso, ajustarle a su pariente sus anteriores insolencias. Fue decapitado el 26 de octubre de 1440.
Como excepción, antes de escribir estas líneas, pedí opinión sobre el personaje a una persona de características psicológicas bien peculiares. Su primera impresión fue que "fue alguien que disfrutó mucho, a su modo". Fue una afirmación reveladora que, secretamente, yo esperaba. Sin embargo, mi interlocutor dio, en el camino, con la frase clave de las confesiones de Barbazul. Gilles en su confesión afirma: "Yo hice lo que otros hombres sueñan". Porque, en realidad, el sujeto piscópata está convencido de que es la suya es la única forma de obtener un placer real.
Es evidente que el sujeto en cuestión estaba loco desde siempre. Probablemente sufría una psicopatía profunda, afectada, a su vez, de una esquizofrenia paranoide. Tampoco estuvo nunca enamorado de Juana de Arco (que a su vez no estaba nada bien de la azotea, por cierto). Mientras Gilles pudo dar salida a su pulsión asesina y sádica en una forma, la guerra, aceptada socialmente, estuvo controlado. El fin de la campaña de Juana y su ejecución por los ingleses le privó de dicho desahogo, así como de su compañera de juegos. Es frecuente en este tipo de sujetos patológicos buscar alguien con una psique similar, o bien alguien a quién puedan controlar psicológicamente, para autojustificarse o para proyectar sobre él sus frustraciones y sus miedos.
Lo que realmente fascina de Gilles de Rais es como se puede pasar en tan poco tiempo de héroe a villano. O, por mejor decir, como unas circunstancias históricas permiten convertir, aunque sea temporalmente, en héroes a seres plenamente enfermos, además de despreciables. No es el único caso. Ni siquiera es infrecuente.
Fuentes: Wikipedia, elaboración propia.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Frases célebres XIII

Hay que llegar al fondo del todo para resurgir, como el Ave Fénix, con más fuerza que nunca.
Friedrich Nietzsche.

jueves, 9 de octubre de 2008

Comer coños

Forma parte de nuestra historia, o leyenda, personal la gran discusión que entre nuestros amigos suscitó esta particular práctica sexual. Era una noche de otoño de 1995. Llovía y nos refugiamos en los soportales del Coso de los Califas. Fue una discusión de profundidad intelectual, rigor teórico, y consumo alcohólico. Émula de la dialéctica platónica. Aquella discusión supuso un antes y un después. Fue un Rubicón. Trazó una nueva línea divisoria entre nosotros.
La polémica giró entorno entre los que gustábamos de ella y los que no. Como es de suponer, me distinguí entre los ardorosos defensores de esta húmeda conducta. Había muchos argumentos a favor de ello. El principal es que la beneficiaria del cunninlingus suele agradecerlo devolviendo el favor, en forma de fellatio.
Yo sin embargo, me embarqué en la defensa del acto en sí mismo. Siempre he encontrado gran placer en acariciar la vulva y la vagina, con la lengua y labios propios (incluso con los dientes, en ocasiones propicias y con mozas emprendedoras). Evidentemente no todas me han proporcionado los mismos estímulos y placeres. Aquí viene a colación mi fascinación por las feromonas femeninas y el poder que los olores de determinado tipo de ellas (de fórmula desconocida por mí, para mi desgracia) ejercen sobre mi líbido.
También he de decir que no tengo particular afición por la disposición del vello púbico. En todo caso, creo que me inclino en ello por una actitud aristotélica. Resumidamente diría que no me gustan los extremos. Desde luego lo que menos me gusta es el rasuramiento total. Todo ello debe traer raíz en la teoría del reflejo condicionado del Dr. Pavlov. Por tanto, seguramente asocio la conducta con la caricia del vello púbico. Su falta se echa de menos. Aunque evidentemente tampoco resulta agradable tener que hacerse lugar entre intrincado follaje capilar.

martes, 7 de octubre de 2008

En algún lugar...

Entre el mar y la montaña, entre la nieve y la playa, hay un jardín lleno de secretos por descubir. Hay un lugar, no más grande que una uña en el mapa del mundo, dónde se juntan culturas milenarias. Es el sitio dónde las mujeres son bellas, y la tierra generosa. Dónde se vive en la calle y se duerme en verano. En un pequeño lugar, dónde se juntan los mares y los continentes, allí me fueron a nacer.
Ese sitio dónde las mujeres viejas guardan celosas tradiciones y recetas, dónde las gentes trabajan bajo el sol. Esa es mi Patria. Esa es mi Andalucía.

Elecciones USA VII (Homer, mi ídolo)

Esperemos que no pase.

sábado, 4 de octubre de 2008

Negro

Decía Dylan, en Shelter from the storm, "I offered up my innocence and got repaid with scorn" (Ofrecí mi inocencia y me pagaron con desdén). Siempre hay un verso de Dylan para cada momento. Así voy yo por la vida, desnudo, sin coraza. Ofrezco toda la bondad, generosidad y sinceridad de que soy capaz. Porque creo, o he creído, en la bondad del ser humano. Soy un ecce homo. Pero siempre recibo a cambio desprecio, desdén y odio.
Al revés que Jesús de Nazareth, ni soy el cordero de Dios ni pretendo quitar el pecado del mundo. Aún así, si volviese, como creen los cristianos, Jesús a este mundo sería lapidado, en el mejor de los casos. No quiero recompensas. No espero amor a cambio de amor. Lo que se clava en mi corazón, como puñal sagrado, es la incapacidad de la Humanidad para reconocer esa bondad y aceptarla. No quiero cambiar el mundo. Pensaba que mi bondad podría encender la mecha escondida de la bondad en el corazón ajeno.
No voy a cambiar. Me dicen que me comporto como un adolescente. Dicen que no he madurado. Yo soy bueno porque no sé, ni quiero saber, ser de otra forma. También decía Georges Brassens no hago daño a nadie por seguir mi camino de pequeño buen hombre. Me entristece ver como mis semejantes ya no distinguen aquello que les debería diferenciar de las bestias ni siquiera cuando aparece en el prójimo.
Por eso, siempre que puedo, visto de negro. El negro es, para mí, hábito y sudario. Llevo el sayo negro, a modo de luto, por la bondad de los corazones humanos, que ha muerto, que se fue para no volver. Así, como Johnny Cash, voy de negro y de negro me verás.

jueves, 2 de octubre de 2008

Elecciones USA VI (Los Veeps)

Los Veeps, o VP, son los candidatos a Vicepresidente (o Vicepresidenta) que acompaña a cada uno de los presidenciables. También los llaman "running mates" (compañeros de carrera). En los últimos años el papel de los candidatos a Vicepresidente ha ido tomando relevancia. Tradicionalmente el papel del Vicepresidente se limita a presidir el Senado en la sesiones solemnes y a "cumplir su deber constitucional de mantenerse vivo" (vgr. John Hoynes, Vicepresidente en West Wing).
Sin embargo, el papel de Veeps tan influyentes como George H.W. Bush (padre), durante el mandato de Reagan, y el de Al Gore, durante el mandato de Clinton, por no hablar del un tanto vidrioso, y en ocasiones siniestro, papel de Dick Cheney, actual detentador del cargo bajo George W. Bush, han hecho que su importancia vaya en aumento en la últimas citas con las urnas.
La ortodoxia de la doctrina electoral dice que lo mejor que puede hacer un "Veep" es acaparar un poco de atención en los días posteriores a su nombramiento, intentar ser complementario del candidato, y buscar votos y apoyos en los sitios en que su compañero de "ticket" no es fuerte o tiene una imagen más debilitada. Y no ser noticia.
Este año los Veeps de ambos partidos son bien distintos. En primer lugar tenemos a Joe Biden, acompañante de Barack Obama. Biden es Senador por Delaware, con más de treinta años de experiencia y preside el poderoso Comité de Relaciones Exteriores del Senado. En cierto modo, Biden es justo lo contrario que Obama. Es un Demócrata de la Costa Este, de cierta élite intelectual, aunque de orígenes humildes. Votó a favor de la guerra de Irak. Pero es un fuerte defensor de la clase media. Es un orador brillante y su retórica en los debates le han ganado la reputación de ser uno de los enemigos peligrosos en ese campo. Ha sido elegido por Obama por su fuerte posición en los sindicatos y las bases más tradicionales del Partido Demócrata.
Del lado republicano tenemos una de las grandes novedades de la campaña que es la Gobernadora del Estado de Alaska, Sarah Palin. Palin es una total desconocida en la política nacional norteamericana. Alaska es un territorio equivalente a tres veces y media España, en su mayor parte un gran bloque de hielo, con menos población que la provincia de Córdoba, por ejemplo. La única relevancia de Alaska en la política nacional es que tiene las mayores reservas de petróleo después de Texas, aunque bastante más difíciles de extraer, por razones obvias. Por eso el Gobernador de Alaska realmente no pinta nada en la política nacional. Palin no tiene una trayectoria clara, más allá de un conservadurismo tradicional a rajatabla. Madre de cinco hijos, a Palin sólo se le conocen dos opiniones fuertes: está a favor del derecho a portar armas, y de la extracción masiva de petróleo en su Estado. La elección de Palin obedece a dos factores. En primer lugar, es un guiño a las bases más conservadoras del Partido Republicano a quienes McCain crea cierto recelo. En segundo, es un intento de captar voto, fundamentalmente femenino, entre los demócratas e independientes que quedaron decepcionados por la derrota de Hillary Clinton en el bando demócrata. Esto último ha sido tan patente y burdo que ha dejado la nominación de la Gobernadora como un truco barato.
El jueves por la noche interrumpí mi sueño para verlos debatir. Aparentemente no fue un debate decisivo. Todo el mundo esperaba que la inexperta Gobernadora fuese aplastada por la experiencia y solidez de Biden. En un análisis inicial, Palin pasó el examen con un aprobado justito gracias a parrafadas que se notaban aprendidas casi de memoria, como leídas en un "teleprompter" interno. El Senador Biden desaprovechó, de forma incluso sorpresiva, varios fallos en la argumentación prefabricada de la Gobernadora. Sin embargo, quedó claro su total dominio de la política internacional. Este resultado sólo se podía deber a un motivo. Con Obama disparado en las encuestas con una ventaja de entre 7 y 9 puntos porcentuales, era preferible evitar una imagen arrogante de Biden que podría despertar las simpatías hacia Palin, especialmente entre las mujeres. Lo más escandaloso fue cuando, al ser preguntada sobre su opinión del actual Vicepresidente, Cheney, ella contestó descaradamente con el mismo párrafo de hacía media hora sobre la política energética.
Sin embargo, tras leer varios de los comentarios más autorizados en la prensa norteamericana Palin tuvo cometió varios errores que, inicialmente, yo no percibí (tampoco está uno muy fino a las 3 de la mañana) y que han tenido su reflejo en la encuesta. Palin intentó dar una imagen de persona cercana al pueblo, dibujando a Biden como un burócrata de Washington. Pero sobreactuó. Ciertamente, guiñó en tres ocasiones sus lindos ojos (no en vano fue Miss Alaska) al público en un gesto de complicidad. Resultó vulgar y puso en evidencia su talón de Aquiles, la imagen de persona superficial. John McCain es un hombre de 71 años que ha sufrido varias operaciones por cáncer de piel. Poneos en la piel de un ciudadano americano medio. Imaginad que vuestro Presidente muere y el botón nuclear queda en manos de una persona que dice que no le importaría declararle la guerra a Rusia por el conflicto de Georgia. Ella dice estar preparada por ser, durante dos años como Gobernadora, Comandante de la Guardia Nacional de Alaska (unos 2.000 hombres). Es algo así como si mi amigo Curro Jiménez dijera que podría ser un buen Ministro de Defensa porque, como alcalde, es el Jefe de la Policía Local de Utrera.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Ventajas

La ventaja de un paranoico es que nunca le faltan amiguitos con los que charlar, aunque sean sus propias alucinaciones.