lunes, 28 de julio de 2008

Pensamientos VII

Teniendo en cuenta los valores que dominan en estos tiempos, no sé por qué el amor y la amistad no aparecen en el catálogo de IKEA, que es su sitio natural.

domingo, 27 de julio de 2008

Maldición de herederos

Hay muchas frases hechas en política. No todas vienen a ser ciertas. O, al menos, no en todas las ocasiones. Entre las más conocidas está, por ejemplo, que "el que usa el puñal nunca obtiene la corona". Alude a que, habitualmente, el que promueve la caída de un líder, aunque consiga desalojar al líder, no se convierte en el sucesor.
En estos tiempos vivimos en Europa dos casos de otro ejemplo típico: "El heredero que espera cae pronto". Gordon Brown y Nicolás Sarkozy son dos políticos a los que hace tiempo que se les sabían sucesores de Tony Blair y Jacques Chirac, respectivamente. Ambos han sido considerados hasta su toma de posesión como grandes estrellas políticas. A Brown se le atribuye, seguramente con justicia, ser el cerebro del boom económico británico de principios de siglo, base del éxito sin precedentes del "New Labour" de Tony Blair. Nicolás Sarkozy fue el "enfant terrible" de Chirac quien lo promocionó y con quien protagonizó, durante los doce años de mandato de este último, un intenso drama con momentos de trágicos y también cómicos dónde "Supersarko" ejerció de hijo pródigo, pero necesitado por el padre y, a la vez, respondón.
Ambos han caído en desgracia de forma inopinada. Brown debió convocar elecciones para octubre pasado. En lugar de ello, lanzó un globo sonda y luego se arrepintió, lanzando por la borda su prestigio de hombre frío pero decidido. Cuando todos esperaban un distanciamiento de la política de Bush, especialmente en lo referente a Irak, se reafirmó en ella. Perdió la oportunidad de distinguirse de su antecesor, sobre todo teniendo en cuenta que el coste político de la decisión era mínimo porque Bush termina mandato en noviembre.
Nicolás Sarkozy, hombre concienzudo y preparado, ha dejado que su vida privada se convierta en un circo público, lo que ha desagradado mucho. En Francia se sufre una situación económica preocupante desde hace años. No ha sido tan brusca ni tan profunda como la crisis que se vive en España pero lleva mucho más tiempo larvada. Un hombre que se ha distinguido por su gran capacidad de trabajo ha dado la impresión a los franceses de estar más ocupado de sus asuntos sentimentales que por los problemas del Pueblo Francés.
Pero no son los únicos casos de la Historia. Suele ser frecuente que los herederos esperados no lleguen al poder o si lo hacen tengan mandatos breves y poco fructíferos. De los cuatro vicepresidentes de los Estados Unidos que llegaron a la Presidencia en el siglo XX, sólo uno, George H.W. Bush (Bush padre para entendernos), lo hizo ganando unas elecciones (el resto lo hicieron por fallecimiento o dimisión del Presidente) y después de ganar una guerra, fue arrasado en las elecciones por el imberbe Clinton.
En Gran Bretaña hay dos casos más significativos aún. Neville Chamberlain llevaba siendo el heredero preferido, como líder de los conservadores y Primer Ministro, del "honrado Stan" Baldwin desde finales de los años 20, frente a un Churchill al que se consideraba excesivamente bullicioso y pasado de época. Cuando se hizo cargo del gobierno en 1937, su mandato puede considerarse como uno de los más deplorables mandatos de ningún político en la Historia de la Humanidad. Protagonizó el mayor ridículo de la historia del Imperio Británico con el llamado "acuerdo de Munich" con Hitler, por el que le entregó Checoslovaquia. Llegó a decir que había "traído una paz de 100 años para Europa" y que Hitler era "alguien en quién se podía confiar".
Anthony Eden fue la mano derecha de Churchill desde su ascenso al poder en 1940. Primero como ministro del Ejército y después como Ministro de Asuntos Exteriores, cargo en el que repitió (por tercera vez, ya lo fue dos años bajo Baldwin) durante el postrero mandato de Winston en los 50. Esta dilatada experiencia le convertía en, probablemente, el político británico con más experiencia en política internacional de todo el siglo XX. Llevaba siendo el sucesor más o menos oficial, desde que, en 1942 y en privado, Churchill le había dicho que "estuviese preparado para hacerse cargo en cualquier momento", por su mala salud. Sin embargo, tras quince años de espera, en dos tiró todo este bagaje por la borda, tras embarcar a su país junto a Francia e Israel en la aventura de la ocupación del Canal de Suez contra Egipto.
Lo mismo resulta que esa frase sí que es verdad.

miércoles, 23 de julio de 2008

Frases célebres VIII

"La dictadura es una escuela de brutalidad" Salvador de Madariaga

martes, 15 de julio de 2008

Pensamientos VI

No hay nada que encuentre más relajante, antes de dormir, que una buena dosis de marxismo.

14 de julio

Ayer fue la Fiesta Nacional de Francia. El día 14 de julio. 219 aniversario de la toma de la Bastilla. Este hecho es uno de los momentos cumbres de la Historia de la Humanidad. Se han escrito ríos de tinta sobre ello. No aspiro a aportar nada fundamental con ello. Tan sólo mi humilde punto de vista.
La toma de la Bastilla fue un terremoto político como ningún otro haya jamás asolado la civilazción occidental. Por primera vez, en la Europa continental (en las colonias británicas de América, luego Estados Unidos, había sucedido trece años antes, pero América entonces estaba muy lejos), un pueblo, espontáneamente, se sublevaba de forma abierta y clara contra el orden establecido.
Dos días antes, un abogado desconocido, Camille Desmoulins, se había subido en una silla de un café del Palais Royal para gritar: "¡Franceses, el Rey prepara una Noche de San Bartolomé de los patriotas!". El rumor, junto con los acontecimientos políticos de la Corte de Luis XVI, precipitan los acontecimientos. El día 14 por la mañana, la turba asalta el Hôtel des Invalides y se arma. La Guardia Francesa, única parte del Ejército Real compuesta exclusivamente por franceses, hace causa común con el pueblo.
La Bastilla era el viejo símbolo del poder real. Ya no tenía apenas funciones pero seguía significando la arbitrariedad y la opresión. Esa tarde, la cabeza del infortunado alcaide-gobernador, es paseada, clavada en una pica, por las calles de un París que arde en una subversión total.
La madrugada del 15, el duque de Liancourt despierta a Luis XVI, que dormía en Versalles, para informarle. El Rey pregunta si se trata de una rebelión y el duque le contesta con la ya famosa frase: "No, Majestad, es una revolución". A partir de ese momento los tronos de Europa se estremecen de pánico. Por primera vez, el Pueblo toma la palabra. Y las armas.

jueves, 10 de julio de 2008

Culos

Dice un amigo mío que los hombres nos dividimos en dos clases principales: los "culeros" y los "teteros". Mientras él dice haber militado siempre en el sector primero, yo, tradicionalmente, pertenecí al segundo. Sin embargo, últimamente, quizá por la edad (puede que sea un signo de madurez), quizá por mis recientes y gozosos encuentros, me he inclinado también por apreciar los traseros femeninos, en tanta proporción como los pechos.
Es cierto que el sector "culero" (no confundir con culé, que eso es un seguidor del Barça) siempre dió la impresión de ser más numeroso. Supongo que Freud lo atribuiría a su carácter de Tabú, puesto que es el objeto de uno de los dos pecata contra Deum y contra natura. Probablemente el más prohibido de ambos por ser el sustitutivo más lógico, y cercano, de la coyunda reproductiva tradicional que para la Iglesia siempre ha sido el fin del matrimonio.
En el 2004, una chica argentina y de nombre, al parecer, Julieta Machado, bajo el pseudónimo de Keyra Agustina, se dedicó a publicar fotos y vídeos de su "linda cola" (bonito culo, en la península) en diferentes foros de internet. Las fotos circularon a velocidad del rayo. Para muestra un botón:
Esto le valió, como no podía ser de otra manera, el premio al "Mejor culo de Internet 2005" que, espontáneamente, le concedieron distintos medios de comunicación a ambos lados de la mar océana, así como el público en general.
Desgraciadamente, nuestra amiga abandonó su divertida y gozosa (al menos para sus seguidores) afición. Pero a rey muerto, rey puesto. La Pampa nos regaló una nueva "pompa" tan libérrima y bien formada, al menos, como la anterior. Es la famosísima Claudette Psico. Retirada nuestra primera reina de los glúteos hoy tenemos que homenajear a la nueva soberana de los traseros cibernéticos:

Conste, no obstante, que yo he tenido el privilegio de catar diferentes culos ibéricos, incluso recientemente, que no desmerecen para nada los de estas bellas "minas", pero que no reproduzco porque soy un caballero.

Por cierto, que algo hay de cultural en todo eso. Me dicen mis fuentes bien informadas que las mujeres argentinas pasean sus traseros en tanga por las playas del Río de la Plata. Igual que los argentinos nos han aportado cosas, como el tango, Maradona, Calamaro, los comentarios de Valdano, y el dulce de leche, esperamos que también contribuyan a difundir esta grata costumbre entre nuestras conciudadanas o miembras de la sociedad.

Recetas para Griselda I

La cocina no ha sido nunca uno de mis fuertes. Sin embargo, en tanto que soltero que vive solo, he tenido que ir haciendo de la necesidad, virtud. En función de ello, me voy a atrever a aconsejarle a mi amiga Griselda, algunas recetas harto fáciles para que su dieta mejore levemente y siga viva. No es tan complicado comer medianamente bien. Por si acaso, voy a empezar por dar las instrucciones desde el principio de los principios. Se aceptan mejoras por parte de otras cocineras o cocineros más experimentados.
REVUELTO DE ESPINACAS.
Se dirige uno al supermercado MERCADONA más cercano. Se pasa de largo por la vitrina de precocinados. Se compra lo siguiente:
- Espinacas congeladas cortadas (tienen que venir en una bolsita con dos tacos de forma cúbica).
- Ajos.
- Huevos de gallina.
- Si no se dispusiera en el domicilio: sal y aceite de oliva.
Se necesitarán los siguientes instrumentos de cocina:
- Una olla de tamaño medio.
- Una sartén.
- Una espumadera (artefacto compuesto de un mango metálico terminado en una superficie plana con agujeritos).
- Un escurridor (especie de ensaladera de plástico con agujeritos).
- Un tenedor.
- Un cuchillo.
- Dos platos.
Una vez de vuelta a casa se introducen las espinacas en el congelador, hasta nueva orden. Se llena la olla con agua hasta un nivel que pueda cubrir por completo uno de los "tacos" de espinacas congeladas y se le añade un buen puñado de sal. Encendemos el fuego al máximo. Esperamos a que llegue a ebullición (hervir). En ese momento sacamos las espinacas del congelador, abrimos la bolsita e introducimos uno de los tacos en la olla. Guardamos el resto de nuevo en el congelador.
Mientras vuelven a hervir las espinacas, vamos cortando dos o tres dientes (partes) de ajo con el cuchillo, con cuidado de no cortarnos ni rompernos las uñas, haciéndolos trocitos pequeños. Conforme vaya deshaciéndose el taco de espinacas congeladas en la olla vamos pinchándolo con el tenedor para facilitar su descongelación. Cuando las espinacas hiervan, las retiramos del fuego (y lo apagamos), y las vertemos en el escurridor, que deberá estar situado en el fregadero, para no convertir la cocina en un lago. Entonces tendremos que agitar el escurridor levemente, intentando que las espinacas se desprendan de todo el agua.
Después ponemos la sartén en el fuego con un chorreón de aceite de oliva (para principiantes es mejor pasarse un poco que quedarse cortos). Echamos los trocitos de ajo a la sartén y esperamos a que se doren un poco. Entonces echamos las espinacas en la sarten y añadimos un poco más de sal (al gusto del consumidor). Removemos bien. Mientras las espinacas se rehogan con los ajos, batimos el huevo en un plato con el tenedor hasta que quede un líquido más o menos uniforme de color amarillo. Cuando las espinacas dejen de echar humo, se habrán desprendido del agua. Entonces procedemos a verter el huevo batido sobre ellas y removemos bien, procurando que el huevo no se pegue al fondo de la sartén y que se distribuya por igual entre las espinacas.
Cuando el huevo cuaje, es decir, cuando pase a forma sólida, y se dore un poco, apagamos el fuego, retiramos la sartén y servimos en un plato. Y nos lo comemos.
Como los cocineros de la tele voy a dar un consejo del día:
Las salchicas envasadas que se venden en los supermercados se pueden freír antes de ser consumidas. De hecho, están fabricadas con esa intención.

El futuro de Europa

Hace unas semanas el Pueblo Irlandés, en referéndum, se negó a aceptar el llamado Tratado de Lisboa, que no es sino el nuevo marco político de la Unión Europea. Los políticos europeos se quedaron sin habla. Es el tercer "no" a un tratado de la Unión en poco más de dos años. Primero fue Holanda, después siguió la sonora negativa de Francia, ambas a la Constitución Europea. Ahora es Irlanda.
Se especula sobre los motivos de la imagen negativa que la Unión Europea tiene entre sus ciudadanos. Hay mucha retórica sobre la democratización de las instituciones y la cercanía de Europa al ciudadano. Pero todo eso al ciudadano, al irlandés medio, por ejemplo, le suena a chino. Se centran en un problema de comunicación de lo mucho bueno que hace Europa. A lo mejor es que en la era de las comunicaciones los ciudadanos sabemos más lo que hace Europa que lo que ellos creen. Y el problema es que no nos guste.
Yo me voy a limitar a poner un ejemplo. La semana anterior al referéndum irlandés, la Comisión Europea aprobó una nueva normativa por la que la jornada laboral máxima de Europa se fija en 65 horas semanales. Por suerte, esta es una legislación de mínimos (o de máximos, según se mire) que puede ser mejorada por cada Estado. La razón aparente de esta decisión es que los nuevos socios europeos del Este necesitan mejorar su productividad ampliando su jornada ya que aún carecen de la tecnología y la infraestructura necesaria. Veamos lo que pasaba en Gran Bretaña hace siglo y medio largo:
"La Factory Act de 1850 (en Gran Bretaña) ... autoriza como media diaria de trabajo, en los días de semana, 10 horas... Quedan, pues, 60 horas de trabajo, 10 y media por cada uno de los 5 primeros días y 7 y media el último día de la semana." Karl Marx, El Capital, Libro Primero, Capítulo VIII, Epígrafe 2.
El hecho que sea una legislación mejorable por cada Estado (en favor de los trabajadores, se entiende), no nos garantiza que, en el futuro, al amparo de la necesidad de competir, nos acaben estirando la jornada laboral hasta esas cifras. Lo siguiente a eso ya está descrito en "La cabaña del tío Tom" o más modernamente en "Kunta Kinte". Así que, a lo mejor, no es que seamos ignorantes de las bondades de la Unión Europea, sino que no somos tontos. España entró en la Unión Europea para acercarse a los niveles de vida de Francia, Alemania o Gran Bretaña. Igualmente hemos aceptado, y nos alegramos, de la entrada de Estonia, Eslovaquia, Rumanía, Bulgaria etc... Pero los hemos aceptado para ayudarles a que alcancen nuestras condiciones de vida, no para que el grupo de plutócratas al servicio del capital, que vive a nuestra costa en Bruselas, nos rebaje las nuestras hasta el nivel de las suyas. Que se lo piensen.
Gracias a Dios por el Pueblo Francés. Y por el Holandés y el Irlandés.

Pensamientos V

El peor cobarde es el que, además, se permite despreciar a los valientes.

miércoles, 9 de julio de 2008

Pensamientos IV

A los que no fuimos llamados por los caminos de la Lírica, sólo nos queda la pornografía.