viernes, 29 de agosto de 2008

The Clash



Mi amigo Jesús decía que no ponía nunca música en el blog. Si querías sopa, toma dos tazas. Con quince años vi este vídeo que sacaron para un single de "Levi's". Era imposible no alucinar con las pintas que gastan estos tipos.
Hay bandas y bandas. Los Clash son una de las mejores. Joe Strummer, galés de nacimiento, andaluz de vocación. Nunca te olvidaremos.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Los viejos rockeros nunca mueren.



Algunos nos educamos (o maleducamos), escuchándote, Loco. En Córdoba, sólo hay dos clases de personas: los que fuimos al concierto en el Teatro de la Axerquía en el 89 y los que no.
Me enseñaste que Johnny Rotten, Georges Brassens, Mick Jagger e Yves Montand, no están tan lejos unos de otros. Gracias, tío. Eres grande.

lunes, 25 de agosto de 2008

Edu

Por motivos de trabajo, conozco hace casi un año a un chico brasileño. Se llama Eduardo. Trabaja de mensajero. Su trabajo es duro. Son muchas horas transportando bultos, algunos muy pesados, siempre con el tiempo encima.
El otro día tuvo un pequeño accidente de tráfico, con tan mala suerte que chocó con un coche de la Policía Local. Entonces se puso al descubierto lo que podíamos sospechar hace tiempo. Edu estaba aquí de forma ilegal. Hoy, un compañero suyo me ha confirmado que ha sido ya deportado a Brasil.
Yo no digo que esté bien que entre gente sin papeles. Pero me juego lo que queráis a que al empresario que lo contrató, sabiendo que no tenía papeles, sin pagar seguridad social ni desempleo, pagándole bastante menos que al resto de sus compañeros y haciendo más horas que nadie, no le pasará nada. Como mucho tendrá que enfrentarse a la mirada de desaprobación de algún ceñudo funcionario tan apático como desinteresado.
Sin duda, vivimos en el paraíso de los derechos sociales. Para eso sirve la Constitución, la legislación Laboral y el Poder Judicial. Todos ellos proceden de la misma maloliente cloaca de la hipocresía burguesa. La Justicia y las Leyes que tenemos en España son un ejemplo señero de una superestructura, en el sentido más marxista del término. Es decir, su finalidad es favorecer siempre a los ricos pero procurando justificarlo y taparlo de algún modo. Ni al Sheriff de Nottingham se le habría ocurrido nada mejor.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Pensamientos VIII

Vienes a mi casa. Te metes en mi cama. Me pides que te sodomice... ¿y ahora vienes a decirme que tu vida no es asunto mío?
Gracias a la Humanidad por el Cine. Gracias Woody Allen.

lunes, 18 de agosto de 2008

Carter & Cash

Algún día tendré que hablar de Johnny Cash, del "Man in Black". Hoy quiero hablar de su historia de amor con su segunda esposa, June Carter. Es una historia de amor, amistad y valores como las que ya no se escriben, ni se viven.
June Carter era una estrella de la radio, la música y la televisión de Estados Unidos cuando se encontró con un debutante Johnny Cash en 1955. Lo que me llama la atención es la victoria del amor más puro sobre todo obstáculo. Cash se enamoró de una mujer mayor que él y que no era especialmente bella aunque, según las crónicas, con una personalidad muy especial.
En la época del boom del rock'n'roll, Cash podía tener (y de hecho tuvo) acceso a cientos de bellezas más o menos famosas. A su vez, más de una década después, cuando Cash era una estrella decadente y drogadicta, June Carter, una madre con dos divorcios y dos hijos, que buscaba la paz y la tranquilidad, le ayudó a salir de su infierno personal.
Finalmente, el 22 de febrero de 1968, en Londres, Ontario, Canadá, mientras interpretaban su más famoso dueto, "Jackson", Johhny Cash le pidió matrimonio por enésima vez y ella accedió entre lágrimas.
Para mí la historia de Carter y Cash, es mejor que todos los cuentos de hadas y princesas. Es la historia de una amistad que sobrevive a las vicisitudes de dos vidas llenas de pasión y altibajos, y en ese tránsito se descubre a sus propios protagonistas como un amor eterno.

jueves, 14 de agosto de 2008

Fracasos

Es mejor fracasar subiendo a la cima del Everest, que trepando al cerro que hay junto a mi pueblo.

martes, 12 de agosto de 2008

Con sabor a barrio...

"El Habichuela" se murió de un infarto mientras bebía vino en el bar del "Chin". Se quedó frito encima de la mesa y el catavinos ni se movió.

sábado, 9 de agosto de 2008

Inflexiones

En ocasiones, mi vida, los acontecimientos que me ocurren, mi propia evolución personal, parecen fruto de una tormenta, de un tornado. Me da la sensación de que todo gira alrededor sin ningún sentido.
En ese caos en el que vivo, en el que voy siendo, hay tiempos en los que parece que nada puede salir bien de ninguna manera. Sin embargo, también sucede que, de pronto, y sin motivo aparente, todo empieza a calmarse. Se abre el cielo y sale el sol. Toda casualidad es siempre positiva. No creo en la suerte, ni en lo esotérico. Pero, a veces, esta campana de Gauss en la que sobrevivo da lugar a resultados sorprendentes.
"De vez en cuando la vida,
nos besa en la boca
y a colores se despliega
como un atlas (...)"
Joan Manuel Serrat

miércoles, 6 de agosto de 2008

Frases Célebres IX

"No sé como será la Tercera Guerra Mundial. Pero sé que la Cuarta será con piedras y palos". Albert Einstein.

Hiroshima

Hoy hace 63 años que se inició la Era Nuclear. Un momento de silencio por todas sus víctimas.

lunes, 4 de agosto de 2008

Aleksandr Solzhenitsyn

Hay lecturas que le marcan a uno la vida. Yo no creo que la vida de uno pueda hacerse a base de libros exclusivamente, o cuando menos, no es psicológicamente muy sano. Pero a mí hay dos libros que me han marcado cada uno en dos momentos de mi vida muy claves.
El primero, ni qué decir tiene, es el "Manifiesto Comunista" de Marx y Engels que además consumí fervorosamente en una edición que añadía, a modo de propina o estrambote, las "Once tesis sobre Feuerbach" de los mismos autores. Mi llegada a la orilla del materialismo histórico a la edad de trece años fue fundamental. Aunque no es descartable que influyera en ello la circunstancia de la fuerte canícula que reinaba en Córdoba aquel verano de 1988. Hace veinte años ya.
En 1994, completadas ya las dos primeras décadas de mi existencia, llegó a mí "Un día en la vida de Iván Denísovich", opera prima de Aleksandr Solzhenitsyn. Recuerdo perfectamente que había en mi casa dos copias idénticas de libro que, de forma un poco extravagante, venía de regalo con los tambores de detergente para la ropa que compraba mi madre, ¡en el interior de los mismos!. Por eso siempre asocio a Solzhenitsyn con el aroma del Ariel.
Después, entre la variada, y un tanto caótica, colección de libros de mis tíos encontré "Archipiélago Gulag". Si el primero de los libros me había movido a la curiosidad por el autor, el segundo produjo un giro copernicano en mi forma de ver el mundo. Hasta entonces mi opinión sobre la Unión Soviética y todos los países comunistas siempre había estado marcada por la idea de que eran una degeneración corrupta de movimientos bienintencionados. Sin embargo, en el fondo de mi mente albergaba la esperanza de que se pudieran reconducir a regímenes que, realmente, abrieran la puerta de la "sociedad socialista".
"Archipiélago Gulag" me puso sobre la pista de una verdad terrible. La dictadura soviética fue una de las peores que ha conocido la Historia de la Humanidad y en ello, incluyo a la dictadura nazi también. Si Hitler mató a cerca de veinte millones de rusos, Stalin mandó ejecutar a una cifra aproximandamente similar... de rusos también (por no hablar de minorías étnicas etc...).
El libro en sí es una obra genial dónde se destripa, como en la mesa de un forense, todo el entramado de represión soviético. En un paralelismo sorprendente con "1984" de Orwell, te va sumergiendo en la sinrazón de un país dirigido por un hombre completamente paranoico, rodeado de una camarilla de enfermos, corruptos y ambiciosos.
Ayer Aleksandr Solzhenitsyn, Premio Nobel de Literatura, murió en Moscú a la edad de 89 años. Él me despertó de mi sueño dogmático.

viernes, 1 de agosto de 2008

Hay mujeres...

Hay mujeres que ni cuando mienten dicen la verdad,
(...)
Hay mujeres en cuyas caderas no se pone el sol,

Joaquín Sabina

Grandes verdades contenidas en muy pocas palabras.