sábado, 26 de abril de 2008

Fronteras derribadas

Voy a abandonar mi cinismo un momento. En estos días estoy siendo excepcional testigo de una historia peculiar. Dos personas que no se conocían y no hablan el mismo idioma se han lanzado pendiente abajo por el camino de la pasión. No sé si llegará a ser algo más. Puede que sí.
Sin embargo, el simple hecho que haya sucedido me parece grandioso. Yo que pensaba que estaba de vuelta. Yo, que pensaba que nada me podía sorprender, estoy perplejo.
Estaba descreído del mundo y de las personas. Pensaba que ya no quedaba alrededor mío más que hipocresía, egoísmo y superficialidad. Concentraba dentro de mí toda la desconfianza hacia el ser humano. Me habían utilizado y me había dolido. En ese momento, el amor (o lo que quiera que sea) ha venido a golpear justo a mi lado.
La humanidad no es sólo miseria. Menos mal.

No hay comentarios: