miércoles, 14 de noviembre de 2007

El asunto de la semana

Un saludo a todos los que, con más o menos frecuencia, leen y participan de mi pequeño bloc de notas. Juro que pensaba ponerme filosófico en el siguiente post. Me prometí que no iba a hablar de política. Pero soy un ser pegado a la actualidad. El incidente entre el Rey de España y el Presidente de Venezuela merece una mención.
Después de las palabras que han salido de mis manos aquí, no creo que nadie me pueda tildar de monárquico. Hoy no trato de defender a la monarquía.
La actitud del Rey de España en la cumbre latinoamericana no sólo es que sea correcta, es que es una frase que va a pasar a la Historia.
Por la parte de la corrección, no es una cuestión de lo que estuviera diciendo ni Chávez ni Zapatero. Esa sesión de la Cumbre Iberoamericana es una reunión que tiene sus normas, sus turnos y una Presidencia, que corresponde al país afitrión, en este caso a la Presidenta Bachelet de Chile. En esas reuniones, lo que marca la buena educación es acatar las normas y los turnos de palabra. Y si no le gustan a uno la reunión o sus normas, pues no va. No es una reunión del bar de la esquina que el que habla más alto gana. Así que si alguien se sale de las normas, se tiene que aguantar cuando alguien le llama la atención, en este caso el Rey de España. Aparte tampoco vienen a cuento ponerse a dar un mitin como hicieron el Presidente Chávez o el Presidente Ortega de Nicaragua. Entre otras cosas, porque el Señor Aznar, por suerte, ya no es Presidente del Gobierno ni está en la política activa. Por tanto, no hay nada de lo que debatir o de lo que pedir explicaciones allí. Por una vez, y sin que sirva de precedente, la actitud del Presidente Rodríguez Zapatero también fue correcta. No perdió la compostura y se limitó a contestar acusaciones bobas.
Pero la frase en cuestión tiene otra lectua. El Presidente Hugo Chávez tiene la cualidad de hablar mucho, y en público, lo que en un estadista no es lo más adecuado. En política uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus actos. Ese es el motivo por el que, en muchas reuniones de este tipo, las valoraciones que se hacen soy muy vagas. Nadie quiere meterse en algún jardín del que después no se pueda salir.
Esa actitud vociferante el Presidente de Venezuela la ha mantenido porque le ha ido bien. Se ha convertido en una estrella mediática internacional, centrando los focos de la atención mundial e incluso eclipsando a su amigo Fidel Castro. Venezuela es un grano en el trasero (literalmente hablando desde el punto de vista geográfico) de los Estados Unidos. Con independencia de su política interior, más que cuestionable, lo cierto es que ha convertido a Venezuela en uno de los países que planta cara a la superpotencia, y además es intocable. Venezuela le vende todo su petróleo (salvo el que regala a los países amigos) a compañías norteamericanas. Lo hace desde la propiedad pública del precioso oro negro, y obteniendo pingües beneficios, pero se lo vende todo. Eso lo convierte en socio comercial preferente (y seguro en estos tiempos turbulentos) de dichas empresas, que en el fondo son los patrones de Mr. Bush y su familia. En resumen, que Bush no puede acabar con él porque es socio de sus jefes.
Ha tenido golpes de gracia en esa mezcla que ha hecho del Ché Guevara y telepredicador. La mejor para mi gusto su intervención en la ONU: "El diablo estuvo aquí ayer. Huele a azufre todavía.". Pero lo cierto es que se ha convertido en un loro insoportable en muchas ocasiones. Pretende convertir cada foro internacional en el escenario de sus particulares espectáculos. El Rey de España ha sido el primero en darle dónde más le duele. El único hasta ahora.
Desde que tengo uso de razón he visto al Rey haciendo sus funciones de Rey. Me puede gustar más o menos la monarquía pero el Rey ha cumplido su papel bien. Es como una película en la que no te gusta el guión, pero al menos el protagonista lo hace bien. Nunca le he visto salirse de la serenidad ni del discurso completamente institucional, intentando llevarse bien con los de dentro y los de fuera. Es la primera vez que le veo salirse de ese papel. Y ha dado en el clavo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estando contigo conforme en muchos aspectos, creo que también hay que puntualizar varias cuestiones:

1. El famoso "te quieres callar" que aunque lo veo correcto, también le ha venido de perlas a nuestro jefe de estado, ya que pueden ser unas de las frases mas rentables de la historia, pues parece que justifica en cierta medida el uso de la monarquía en estos tiempos donde según parece en este estado llamado España parece ser que algunos los cuestionaban.

2. Mi convencimiento antimonárquico me hace dudar de ciertos papeles políticos de la tal llamada monarquía del Sr. D. Juan Carlos, ya que si una frase como la pronunciada puede justificar años y años de vivir del cuento. Creo que muchos ciudadanos también podemos realizar tal función, como algunas veces hemos tenido que utilizarlas para callar por ejemplo al tío o primo pesado en un acto familiar.

Sin nada más un saludo compañero.

Anónimo dijo...

La frase según mi madre es "¿por qué no te callas, coño"?

Mu bien pal rey.

Un besiño

Jinete Nocturno dijo...

A Manolo. En primer lugar, gracias por el comentario. En segundo, no justifico a la Monarquía. Pero el Rey era el que estaba allí y es el más veterano de esas cumbres. En cualquier caso para mí lo criticable de la Monarquía no es vivir del cuento. Para eso tendríamos que fusilar al amanecer al 80% de los grupos parlamentarios del PSOE y el PP en el Congreso de los Diputados y no te digo ya en el Senado, que lo único que hacen es levantar la mano y a veces ni van.
A Ladychena. Tú madre lleva razón. Es la intejercción adecuada para terminar la frase. Seguro que el Rey lo pensó aunque no lo dijera.