miércoles, 14 de noviembre de 2007

Sexo Anal

Prometí cambiar de tercio. Ea. No tengo mucho que decir del asunto. Pero lo dejo abierto por si alguien quiere aportar alguna opinión al respecto. Que nadie se queje de que no soy variadito.
Sólo quiero aclarar que lo mío es dar, no recibir. (Manolo, que te veo venir)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada vez son más los que conocen la existencia de un lugar de la campiña cordobesa cuya característica más importante a muchos pasa desapercibida. Se trata de un lugar no demasiado bello ni demasiado atractivo por su historia o su legado. Si bien es cierto que se encuentra a medio camino entre las bellas Córdoba y Sevilla, bañado por las andaluzas aguas del río Genil siempre se consideró como un punto neurálgico de la siempre incipiente industria cordobesa donde podemos encontrar buen aceite, mejor vino y una exaltación anmascaradamente ultracatólica y conservadora de la semana de pasión. Uno de sus mayores atractivos para el que suscribe no se puede contemplar a simple vista, ni se puede disfrutar si no consiguiendo encontrar persona que lo ofrezca sin más interés que el pacer por la experimentación. Cuentan las malas lenguas que, al igual que en los cuarteles de ataño el bromuro era añadido al agua para que sus efectos produjeran la desaparición del alíbido, existen otros "polvitos mágicos" que los regidores de dicho municipio vierten en el líquido elemento para poder ejercer la variedad sexual que nos ocupa. Quizás debamos agradecer a su alcalde la posibilidad de disfrutar de diversas formas de entender el deporte más adictivo y satisfactorio de cuantas disciplinas olímpicas existieran.
Pues sí, existe un municipio en la campiña cordobesa cuyas mujeres requieren la galopada trasera y con disfrute y en repetidas ocasiones, desde diferentes acompañantes féminas, no sólo han consentido, si no que han demandado (no al unísono para mi desgracia) el sexo anal para mi disfrute. Experiencia, he decir, que no se olvida y queda pendiente en la memoria para ser repetida por delante de muchas otras opciones (mejor dicho, por detrás...) entre las querencias de las coyundas experimentadas. Y si en algo me equivoco, a ver quién me argumenta algo diferente. Por supuesto, valgaría más, como en las conferencias internacionales, el que suscribe era el donante, jamás el tomador. Lo disfruté, y mucho, sí señor, y por lo que decían, ellas también, que en la ventanilla de quejas jamás se presentó nadie, si no era para repetir ;) Espero comentarios ya que me queda mucho que decir.

Jinete Nocturno dijo...

Querido Delfín, muchas gracias por el comentario. Aquí el que suscribe puede dar fe de tu testimonio. Efectivamente, fue dicha localidad la que me abrió las puertas de los goces anales para mi sorpresa y gran felicidad. Aunque por lo que tengo entendido no es la única localidad de la comarca que nos deleita con dichas aficiones femeninas. Saludos.