Nunca aceptes rosas sin espinas, ni quieras amor sin lágrimas. Amor es el que hace estremecer cada poro de la piel con la pasión, por el que se sufre y se maldice. Cuando el amor es tranquilo y cómodo, cuando es ese lugar dónde te gusta volver cada día, entonces no tienes amor: tienes un sofá.
jueves, 15 de mayo de 2008
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