domingo, 22 de febrero de 2009

Unicaja

Desde hace años se viene hablando de la necesidad de integrar a todas las Cajas de Ahorro andaluzas. Sin embargo, eso ha sido siempre complicado por cuanto, para variar, el PSOE ha condicionado su debate a sus intereses partidistas en dos vectores: mantener el control de la futura Caja andaluza frente al PP o cualquier otra organización (la Iglesia Católica en el caso de CajaSur), y mantener sus propios equilibrios internos.
Esto ha retrasado la integración financiera de Andalucía, lo que nos hubiese sido de gran utilidad, sobre todo en estos tiempos difíciles, dónde tener una entidad financiera fuerte en nuestro propio territorio podría ser clave.
Pero esta semana José Blanco, Vicesecretario General del PSOE, ha ordenado a Manuel Chaves, Presidente de la Junta de Andalucía, que Unicaja, la mayor Caja andaluza, absorba, para salvarla, a la Caja de Castilla-La Mancha, en graves problemas financieros. De esta forma, la nueva Caja dejará de ser andaluza y, de hecho, se ha perdido la oportunidad de tener una Caja única. Nuevamente, Andalucía juega el papel de chacha de España, limpiando la basura en casa ajena, en lugar de ocuparse de la propia.
Aquí en Málaga, sede central de Unicaja, a nadie parece importarle. Manuel Chaves está asesinando la economía andaluza, quitándole instrumentos vitales para su desarrollo en un momento de crisis clave. Pero nadie dice nada. No sólo en Málaga debería importar. Deberíamos todos los andaluces salir a la calle a protestar, a sublevarnos contra este robo (¿os imagináis a Pepiño Blanco obligando a Pepe Montilla a hacer lo mismo con La Caixa o Caixa Catalunya?).
Porque lo que significa esta fusión (con un cadáver diría yo), es que van a utilizar los ahorros de los andaluces para tapar los agujeros ajenos. Es decir, nos roban en nuestra cara y encima aplaudimos. Nos lo merecemos.