miércoles, 18 de junio de 2008

East 52nd Street

Para hablar no te quiero. Tengo amigos
para tratar de cosas que me inquietan
y ahondar en las ideas que me importan.

Y no nos condiciona nunca el sexo.
Nos lo pasamos bien. Y "Adiós". Y "Hasta otra".
Contigo es diferente. Lo que cuentas
no me interesa nada en absoluto.

Y he de escuchar, no obstante, atentamente
y ocultar mi fastidio a tus palabras.
Por que sino te niegas a mi amor.

Y cuando a mí se ciñe tu figura
grácil y delicada voy perdido.

Pues al sentir tu cuerpo a mí abrazado
nada tiene interés que tú no seas.
Y yo ya no soy mío, sino tuyo.

Y así debo evitar en nuestra charla
lo trascendente; reír tus tontas gracias,
acusarme de estar equivocado...
Entonces sí que accedes a mi amor.

De no mediar sexo y ser tan bella
te hallara aborrecible y despreciable.
O serías perfecta si no hablaras.

José María Fonollosa

Me gustaría haber escrito palabras como éstas. Pero no soy tan hábil. Sin embargo, este poema parece parte de mi vida. En adelante, por respeto a los poetas, y a los escritores en general, voy a tratar de no reproducir versos que no sean míos. Los míos no los publicaré jamás.

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